En cena de libertad religiosa, ministro canadiense promociona el derecho humano fundamental

La libertad religiosa muchas veces “sigue midiéndose en vidas perdidas”, dice Baird

Washington, D.C. | Bettina Krause/IRLA

El Ministro de Relaciones Exteriores de Canadá fue el orador principal el pasado 24 de mayo en la X Cena Anual de Libertad Religiosa, que reunió a líderes y funcionarios de la comunidad diplomática de Washington D.C., agencias de gobierno, grupos religiosos y organizaciones defensoras de los derechos humanos para afirmar la libertad religiosa como un derecho humano fundamental.

En un discurso de gran alcance y por momento emotivo, el ministro John Baird se refirió al compromiso de Canadá con los derechos humanos mediante su política exterior, así como su convicción personal de que defender la libertad requiere estar dispuesto a actuar con integridad, sin importar el costo.

Baird se refirió asimismo con pasión a la lucha de las minorías religiosas en el mundo, diciendo que la libertad religiosa a menudo “sigue midiéndose en sangre derramada y vidas perdidas”.

La cena, reconocida como uno de los principales eventos de libertad religiosa en Washington, se llevó a cabo en la Embajada de Canadá y fue conjuntamente patrocinado por la Iglesia Adventista, la Asociación Internacional de Libertad Religiosa, la Asociación de Libertad Religiosa de Norteamérica y la revista Liberty. El evento celebra la libertad religiosa y honra a los que en todo el mundo trabajan para proteger y promover este derecho humano esencial.

Más de 150 personas asistieron a la cena de este año, entre ellos, embajadores en representación de 17 naciones y representantes de la Secretaría de Participación Pública de la Casa Blanca, y de la Secretaría de Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado. Dan Jackson, presidente de la Iglesia Adventista en Norteamérica, tuvo a su cargo la invocación, donde dijo que los adventistas poseen un compromiso inquebrantable con la libertad religiosa de todas las personas, no importa qué religión profesen.

En su discurso, Baird advirtió que la lucha por proteger la libertad religiosa “no es un debate abstracto”. Citó el reciente homicidio de cientos de cristianos en el norte de Nigeria a manos del grupo extremista Boko Haram y el impacto de las así llamadas “leyes sobre la blasfemia” en algunos países como Pakistán e Irán, que restringen las actividades de las minorías religiosas. También llamó la atención a las luchas de los bahaíes, los musulmanes ahmadías, los cristianos coptos, los católicos romanos, los budistas, y otros grupos que experimentan discriminación o peor suerte en manos de sus propios gobiernos.

Baird recibió una ovación de pie al prometer que Canadá no solo será un socio dedicado en la promoción de los derechos humanos, sino que “liderará con el ejemplo”.

Baird actualmente está trabajando para establecer una Secretaría Canadiense de Libertad Religiosa Internacional que “promoverá y protegerá la libertad religiosa, de acuerdo con los valores canadienses básicos tales como la libertad, la democracia, los derechos humanos y el imperio de la ley”.

Dos defensores de la libertad religiosa fueron honrados durante el evento. Richard Land, presidente de la Comisión de Ética y Libertad Religiosa de la Convención Bautista del Sur, recibió el Premio Nacional por sus muchos años como vocero de temas de libertad religiosa ante el Congreso de los Estados Unidos y los medios. El abogado canadiense Gerald Chipeur recibió el Premio Nacional por sus esfuerzos en promover la libertad religiosa por medio de sus escritos y su trabajo con la Asociación Canadiense de Abogados y la Academia Internacional de Libertad Religiosa. Chipeur aparece frecuentemente en la Corte Suprema de Canadá y otros juzgados de ese país para litigar casos relacionados con cuestiones constitucionales y de derechos humanos.

Al hablar después del evento, Dwayne Leslie, director de Asuntos Legislativos de la Iglesia Adventista, describió la cena como “una de las más exitosas hasta el momento” en términos de su alcance a la comunidad diplomática, los líderes del pensamiento en Washington, y el establecimiento de relaciones nuevas y valiosas.

Junto con Melissa Reid, directora ejecutiva de la NARLA, Leslie fue uno de los principales organizadores del evento.

“La cena de este año nos brindó la invalorable oportunidad de crear conciencia sobre el fuerte compromiso con la libertad de conciencia”, expresó.

John Graz, secretario general de la IRLA, y director de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la Iglesia Adventista, habló al comienzo del evento, describiendo la obra de su organización en el mundo, que busca generar apoyos para la libertad religiosa por medio de congresos, simposios, eventos de capacitación y festivales.

Graz se refirió a la necesidad de apoyar el principio de la libertad religiosa, no solo en pro de nuestra propia tradición religiosa, sino para todas las personas. “Puedo afirmar”, dijo Graz, “que cuando se protege la libertad religiosa, el resultado es bueno para las religiones, bueno para las personas, y bueno para las naciones donde les toca vivir”.

-- Melissa Reid contribuyó con este informe

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