North America, Adventist Mission

Entrevista: En busca de más voluntarios en el extranjero

El nuevo director Ramírez habla de la tradición de servicio en Norteamérica

Silver Spring, Maryland, United States | Ansel Oliver/ANN

La División Norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día sigue enviando la mayor cantidad de voluntarios en comparación con las demás divisiones de la iglesia mundial. En años recientes, sin embargo, el número de estudiantes misioneros ha disminuido.

Aunque la Universidad Southern de Tennessee y la Universidad Walla Walla de Washington suelen enviar cada una más de cuarenta estudiantes misioneros para que dediquen un año al servicio misionero en el extranjero, la cantidad de voluntarios enviados ha disminuido.

Elden Ramirez espera cambiar esta tendencia. Como nuevo director de la Secretaría de Ministerios Voluntarios de la División, está planificando múltiples actividades de promoción en todos los colegios superiores adventistas de Norteamérica.

El año pasado, la división envió 592 voluntarios a largo plazo, casi la mitad del total de 1 220 voluntarios que envió la iglesia mundial. Esa cifra fue destacada en octubre pasado por John Thomas, el director de la secretaría de Voluntarios Adventistas de la iglesia mundial, quien enfatizó el servicio de la división a la iglesia mundial.

En una entrevista, Ramírez, de 38 años y quien en el pasado fue director de jóvenes y se dedicó a establecer iglesias, analizó de qué manera incrementar el número de estudiantes misioneros y por qué las personas deberían considerar este tipo de servicio.

También reveló por qué él, como hispano estadounidense y que habla inglés, español y portugués, tiene un primer nombre que no suele encontrarse en El Salvador, donde nació. A continuación se presentan fragmentos de la entrevista.

Red de Noticias Adventistas (ANN): ¿Por qué debería ser alguien un estudiante misionero?

Elden Ramirez: Es una experiencia transformadora. Algunos estudiantes regresan y cambian de carrera para estudiar educación o medicina o ingeniería, pero muchos regresan a la misma carrera aunque con un enfoque más definido. Además se puede viajar por el mundo, tener una experiencia con Dios y cumplir la misión. He trabajado con estudiantes misioneros después de su período de servicio, y puedo decir que les da una cosmovisión diferente. Les ayuda a comprender el mundo, que la Iglesia Adventista no es solo su congregación local, sino más bien una denominación que está marcando una diferencia en todo el mundo. El otro día escuché a un orador que dijo que para tener motivación y entusiasmo en la vida se necesitan tres cosas: autonomía, aprender algo y tener un propósito. Sin duda, como estudiante misionero se pueden tener todas esas cosas.

ANN: ¿Cómo puede usted animar a más personas para que sean estudiantes misioneros?

Ramírez: Hay que crear conciencia. Para ser honesto, me gustaría tomar esta oportunidad dada por Dios para construir sobre la plataforma que ya está instaurada y crear conciencia sobre este ministerio. Estamos terminando de preparar nuestro nuevo sitio web y comenzamos a desarrollar nuevos materiales promocionales que pueden ayudar a comunicar las ventajas del servicio. En Norteamérica pueden visitar Hesaidgo.org y mirar a todas las oportunidades misioneras en el mundo y orar por ellas. Los de otras divisiones pueden visitar el sitio Adventistvolunteers.org.

En el Concilio Anual de octubre pasado, el secretario asociado de la Iglesia Adventista mundial John Thomas usó un gráfico para mostrar la cantidad de voluntarios de la denominación. La División Norteamericana sigue enviando la mayoría de ellos. [fotografía de archivo de ANN]

En el Concilio Anual de octubre pasado, el secretario asociado de la Iglesia Adventista mundial John Thomas usó un gráfico para mostrar la cantidad de voluntarios de la denominación. La División Norteamericana sigue enviando la mayoría de ellos. [fotografía de archivo de ANN]

ANN: ¿Cuál es el plan de promoción y reclutamiento?

Ramírez: Cuando era chico, me entusiasmaba ver esas breves presentaciones fílmicas que mostraban un proyecto en África o en el Amazonas. Nunca las veía pensando “Démosle dinero a este proyecto”. Siempre pensaba: “Un día quiero ir allí y ser misionero”. Era algo que me entusiasmaba. Ahora que soy mayor y Dios me ha dado esta oportunidad, me veo creando videos similares; no para pedir fondos, sino para compartir la necesidad que hay en otros lugares. Enviaremos estos videos a los capellanes de las universidades. También estoy planificando visitar cada colegio superior y universidad para compartir y abrir mi corazón para decir: “Miren, necesitamos la ayuda de ustedes, porque ustedes pueden hacer una gran diferencia”.

ANN: ¿Qué apoyo puede ofrecer esta secretaría a las escuelas que durante años no han tenido un sólido club o énfasis misionero?

Ramírez: Creo que al crear relaciones se sentirán libres de llamar a nuestra oficina y solicitar los recursos que tenemos disponibles para ellos. Lo mismo sucederá al compartir con ellas las nuevas implementaciones de las instituciones educativas hermanas. Acabo de visitar la Universidad de La Sierra, y fue bueno escuchar de parte de los estudiantes sus ideas de cómo hacer que esto se haga realidad. El capellán Sam Leonor tiene una semana de énfasis en la misión. Otros podrían comenzar fines de semana de programas de énfasis misionero. Si algunas de estas universidades se unen al proyecto, creo que los números de voluntarios se incrementarán muy pronto.

ANN: ¿Cómo podemos animar a todos los colegios superiores y universidades para que tengan un sólido club misionero?

Ramírez: Creo firmemente que cada institución debería tener un puesto de tiempo completo para coordinar la misión. Al hacerlo, hacen una firme declaración tácita al cuerpo de estudiantes. Les dicen: “Las misiones son tan importantes para nuestra institución y forman parte de nuestro sistema central de creencias, que tenemos un departamento con financiamiento para promover, animar, reclutar, capacitar y enviar misioneros”. Creo que es posible. Toda universidad podría beneficiarse de tener un presupuesto para esto.

ANN: ¿Cómo pueden los estudiantes de lugares más allá de Norteamérica animarse a pensar en ser estudiantes misioneros?

Ramírez: También al crear conciencia. Cuando estudiaba en Costa Rica, ni sabía que había oportunidades de ser estudiante misionero. Estoy seguro de que habría participado. Asumo que otras divisiones tienen un puesto similar al mío, de manera que acaso tengamos que juntarnos para promover más esto.

ANN: ¿Por qué aceptó el llamado a este cargo?

Ramírez: Tengo que creer que Dios me ha estado llamando por mucho tiempo para la misión. Siempre me ha entusiasmado ver de qué manera los misioneros van a un lugar y hacen una diferencia allí. Siempre he tenido el deseo ardiente de ir. Acaso se debe a que mi nombre me fue dado en honor a un misionero. Soy latino pero tengo un nombre norteamericano: Elden. Hubo un misionero adventista que dedicó su vida a América latina. Se llamaba Elden Ford. Aprendió español y llegó a tener un gran impacto en América latina, lo que incluye a El Salvador. Cuando mi madre vio la obra de este misionero, dijo: “Si alguna vez tengo un hijo, lo llamaré ‘Elden’”. Esto les puede mostrar qué gran impacto tuvo este ministro en la vida de mi familiar.

si desea más información,  visite hesaidgo.org o

adventistvolunteers.org.</p>
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