Inter-America

Dos pastoras adventistas marcan una diferencia en Cuba

Gilma Carbonell, de 44 años, está al frente de la iglesia más grande de Cuba; Argelia Linares, de 78, es la obrera adventista con más años de servicio en el país.

Santiago de Cuba, Cuba | Libna Stevens/IAD

Dos pastoras, ambas totalmente comprometidas en llevar a otros a Jesús, están ayudando a que la Iglesia Adventista se expanda en la región oriental de Cuba.

Gilma Carbonell, de 44 años, está al frente de la iglesia adventista más grande de Cuba, la iglesia adventista Central de Guantánamo, en la ciudad homónima. Ella ministra allí a más de mil miembros, que cada sábado llenan por completo las secciones interior y exterior del templo.

Carbonell ha sido pastora en la región de Guantánamo de la Iglesia Adventista durante casi cinco años, y supervisa allí cuatro distritos, dos ministros ordenados, otros dos ministros y un instructor bíblico.

Durante el tiempo que pasó en la iglesia Central, se han organizado cuatro iglesias y dos grupos.

Carbonell ha sido fundamental para ayudar a expandir la iglesia en la región oriental de Cuba, dijo el pastor Israel Leito, presidente de la División Interamericana de la Iglesia Adventista, que incluye a Cuba. El pastor Leito viajó a la isla este mes para oficiar el cambio de estatus de la Misión del Alto Oriente a la Asociación de Alto Oriente.

El pastor Leito alabó a Carbonell y la obra de otros ministros y miembros de iglesia locales que han ayudado a expandir la feligresía de la asociación, que ahora cuenta con 7078 miembros.

"Las habilidades y capacidades de liderazgo de Carbonell la han calificado de manera particular para un puesto importante dentro de toda la Unión Cubana", dijo el pastor Leito.

Carbonell y otras pastoras de la División Interamericana no están ordenadas, de conformidad con el reglamento de la Iglesia Adventista mundial, dijo el pastor Leito. A pesar de ello, la división no fe la falta de ordenación como una limitación al servicio, y tiene muchos pastores también al frente de iglesias por más que no están ordenados.

"Me encanta enseñar a Cristo como el centro de las doctrinas, enseñar la profecía bíblica y preparar a los líderes", dijo Carbonell, que tiene una maestría en filosofía marxista y educación y enseñó en una universidad estatal antes de ser bautizada en la Iglesia Adventista en 1995.

Carbonell vinculó el crecimiento de la iglesia en su distrito al énfasis en la educación, las enseñanzas doctrinales, la capacitación en las funciones de los departamentos de la iglesia y el establecimiento de iglesias.

Después de que Carbonell se unió a la iglesia y cumplió funciones como anciana de iglesia, sintió el llamado al ministerio y asistió al seminario adventista de La Habana. Poco después, fue pastora de la iglesia adventista Caribe de Guantánamo, y más tarde pasó a la iglesia Central.

"Hay tantas necesidades en todas las congregaciones que superviso, pero tratamos de que nuestros miembros se enfoquen en el concepto de misión y en nuestro carácter como movimiento, y en seguir enseñando a Cristo a los miembros y visitas que se acercan cada semana", dijo Carbonell.

Los administradores de la iglesia en la isla hablaron cálidamente del impacto de Carbonell en la región.

“Desde que la hermana Gilma llegó a Guantánamo, la iglesia ha experimentado un reavivamiento", dijo Eduardo Rodríguez, tesorero de la Asociación de Alto Oriente. "Su trabajo como sierva de Dios ha sido tremendo aquí, y los resultados hablan por sí mismos".

Carbonell sueña con estudiar para un título doctoral y en hacer más para capacitar a los ministros más jóvenes. Leito dijo que la División Interamericana está pensando en ayudarla a alcanzar ese sueño.

Mientras tanto, Argelia Linares, de 78 años, ha estado viviendo de sus propios sueños durante la mayor parte de su vida, al trabajar como instructora bíblica. Su liderazgo pastoral ha llevado decenas de personas a la iglesia. Linares ha jugado un papel fundamental para alcanzar a un pueblo llamado Caimanera, donde ningún otro adventista había logrado ingresar.

Durante los últimos diez años, Linares ha sido pastora de la pequeña congregación adventista de Caimanera, que es el pueblo más cercano allí en Cuba a la base naval de los Estados Unidos en Guantánamo.

"Durante años, ella recibió un pase especial que le permitía ingresar al pueblo periódicamente para ministrar a la iglesia del lugar", dijo el pastor Leito, quien habló brevemente con Linares sobre su obra en Caimanera durante los cinco días de recorrido en la región oriental de Cuba.

A Linares, conocida afectivamente por los residentes como la hermana Jeje, se le informó finalmente que ya no necesitaba contar con un pase, y que podía visitar y servir como pastora de la congregación, dijo el pastor Leito.

Linares, que es la obrera adventista que por más tiempo ha servido en Cuba, le dijo al pastor Leito que compartir el evangelio era su pasión. Ha estudiado en el ex Colegio Adventista de las Antillas cuando se encontraba en Santa Clara, allá por la década de 1950.

"Estamos agradecidos por los instructores bíblicos como Linares, que dedicaron toda la vida para predicar el evangelio", dijo el pastor Leito.

El fiel ministerio de Linares ha sido fundamental para hacer que la congregación de Caimanera siga viva y este creciendo, expresó.

La congregación tenía decenas de miembros, pero ahora solo tiene unos diez debido a la migración hacia otras regiones, dijeron los líderes de la iglesia en la zona.

En toda Cuba, sin embargo, la Iglesia Adventista se ha expandido en años recientes, destacó el pastor Leito, quien ha visitado el país decenas de veces como presidente de la división.

"La iglesia de Cuba es muy fuerte", expresó. "El gobierno permite que la iglesia funcione con más libertad que en el pasado, y estamos agradecidos a Dios por ello. Dios continúa bendiciendo a la iglesia, a nuestros dedicados líderes y a nuestros activos miembros de iglesia que dan todo lo que tienen para cumplir con la misión de la iglesia".

La Iglesia Adventista en la Unión Cubana tiene más de 32 mil miembros que se reúnen en 458 iglesias y congregaciones. En la isla, la iglesia supervisa la obra de cuatro asociaciones. 

Dayami Rodríguez colaboró con este informe.

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