Casi doscientos cristianos de Australia se dieron cita para adorar y orar juntos y poner presión sobre los políticos nacionales para que incrementen la ayuda al extranjero y ayuden así a poner fin a la pobreza global. Entre los participantes, doce representantes de la Agencia Adventista de Desarrollo y Recursos Asistenciales (ADRA) de Australia asistieron a “Voces para la justicia”, un evento de cuatro días que se llevó a cabo en Canberra el mes pasado.
Los asistentes recibieron capacitación por medio de talleres y foros políticos sobre cómo hablar en pro de la justicia y la compasión.
El evento anual fue organizado por Micah Australia, una coalición de organizaciones eclesiásticas y cristianas (entre ellas, de ADRA Australia), cuya misión es inspirar y capacitar a los cristianos de Australia para que levanten con fuerza la voz en pro de la justicia global.
El evento culminó con una vigilia a la luz de las velas en los terrenos del Parlamento, con la presencia de líderes de diversas denominaciones religiosas, que oraron por los líderes de la nación. El coordinador nacional de Micah, Ben Thurley, dijo que la oración ocupó un lugar primordial.
“Si definimos estas actividades de apoyo y defensa como hablar a los poderosos en nombres de los indefensos, entonces la oración misma es una forma de defensa, cuando clamamos desde las profundidades de nuestro corazón al Dios de la gracia y la justicia”, dijo Thurley.
Por primera vez, cinco representantes del Colegio Terciario Avondale de Educación Superior asistieron al evento, entre ellos el doctor Brad Watson, profesor de estudios de desarrollo internacional, quien describió esta actividad como “una manera fantástica de involucrarnos con los líderes elegidos en el país”.
“Fue una experiencia que me produjo mucha humildad encontrarme con cristianos de otras partes de Australia, adorar juntos y encontrarme con miembros de las cámaras alta y baja para solicitar con humildad y oración al gobierno de Australia que revierta los recortes al presupuesto de ayuda”, dijo Watson.
Thurley dijo que oración “envía un mensaje poderoso a los políticos, los hacemos responsables de su elevada vocación, que es la de trabajar por el bien común y proteger los derechos de los pobres y necesitados, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras”.