North America

En entrevista televisiva, presidente de la Iglesia Adventista hace un llamado a la unidad

“Todos nosotros necesitamos mostrar respeto mutuo”, dice Wilson

Mark A. Kellner, News Editor, Adventist Review

Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial, hizo un llamado a la iglesia mundial a permanecer unidos ante cuestiones que amenazan crear disensión y distracción.

Su llamado se dio en el marco de una entrevista televisiva de una hora en 3ABN, una red privada que apoya a la iglesia, y continuó en Hope Channel, la red de televisión oficial de la iglesia. El diálogo se llevó a cabo la semana pasada en la convención 2012 de Servicios e Industrias de Laicos Adventistas en Cincinnati (Ohio).

Al reconocer que los votos recientes de las asambleas de las uniones asociaciones sobre la ordenación de la mujer están “causando considerable distracción” en la iglesia, Wilson dijo que no se referiría al tema, sino que hizo un llamado para que el movimiento permanezca unido.

“Todos nosotros necesitamos mostrar respeto mutuo”, dijo. “Necesitamos trabajar juntos en unidad y sumisión: sumisión mutua y al Señor”.

Wilson destacó que a pesar de los sinceros llamados en pro de la unidad por parte de los líderes de la iglesia mundial (los directivos de la Asociación General y los trece presidentes de las divisiones) varias uniones asociaciones ya han votado o están planeando tomar votos contrarios a los reglamentos establecidos por los congresos de la Asociación General. Wilson dijo que esto va en contra de los consejos de Elena G. White, una de las pioneras fundadoras de la iglesia, y quien los adventistas consideran que tuvo el don de profecía durante su ministerio.

El presidente de la iglesia citó una declaración de White en Testimonios para la iglesia, tomo 9, página 208: “Pero cuando en una sesión de la Asociación General se expresa el juicio de los hermanos congregados de todas partes del campo, la independencia y el juicio particulares no deben sostenerse con terquedad, sino entregarse. Nunca debe un obrero tener por virtud el persistir en una actitud independiente contra la decisión del cuerpo general”.

Wilson añadió que la sumisión a las decisiones colectivas de la iglesia mundial es una parte esencial de la vida en unidad. “Tenemos una administración mundial; tenemos reglamentos eclesiástico-administrativos. Son acuerdos que seguimos en forma colectiva para brindar un gran impulso a la misión de la iglesia. Cuando no vemos unidad en lo que hacemos, entonces presenciamos un espíritu fracturado y dividido”, dijo Wilson.

Mark Finley, asistente especial de Wilson y evangelista en los medios adventistas durante años, añadió: “La unidad se produce cuando la iglesia se reúne y se pone de acuerdo junta y, cuando se llega a un acuerdo, deja las diferencias de lado en favor de lo que es bueno para la iglesia y la misión de la iglesia”.

A pesar de ello, destacó Wilson, la unidad no significa uniformidad plena. “No tenemos que hacer todo exactamente igual en lo que respecta a áreas particulares que pueden diferir en ciertas situaciones o ambientes particulares”, dijo. “La unidad ayuda a entender eso en la acción de unirnos en relación a los principales temas bíblicos o doctrinales, y la comprensión de que lo que hacemos puede afectar a otra parte del cuerpo”. Wilson dijo que toda la iglesia mundial necesita trabajar unida en las cuestiones de gran importancia, lo que incluye el tema en discusión.

El líder mundial de la iglesia, quien fue elegido para el cargo en el Congreso de la Asociación General 2010 en Atlanta (Georgia, Estados Unidos) concluyó la entrevista con un llamado a la unidad. “Necesitamos tener en mente la visión de quiénes somos como personas. Que Dios nos ha llamado para ser su iglesia remanente. Nos ha llamado a ser fieles a la Palabra de Dios. Nos ha llamado a proclamar los mensajes de los tres ángeles de Apocalipsis 14 […]. Mi llamado a la iglesia es que conserven esa visión, que miren más allá de los desafíos de esa inmediata crisis o situación”.

Después de la entrevista, Wilson llamó la atención a la práctica de la iglesia apostólica según lo describe Elena G. White:

“El orden mantenido en la iglesia cristiana primitiva la habilitó para seguir firmemente adelante como disciplinado ejército revestido de la armadura de Dios. Aunque las compañías o grupos de fieles estaban esparcidos en un dilatado territorio, eran todos miembros de un solo cuerpo y actuaban de concierto y en mutua armonía. Cuando se suscitaban disensiones en alguna iglesia local, como ocurrió después en Antioquía y otras partes, y los fieles no lograban avenirse, no se consentía en que la cuestión dividiese a la iglesia, sino que se la sometía a un concilio general de todos los fieles, constituido por delegados de las diversas iglesias locales con los apóstoles y ancianos en funciones de gran responsabilidad. Así por la concertada acción de todos se desbarataban los esfuerzos que Satanás hacía para atacar a las iglesias aisladas, y quedaban deshechos los planes de quebranto y destrucción que forjaba el enemigo”.

‘Dios no es Dios de disensión, sino de paz; como en todas las iglesias de los santos’ (1 Cor. 14:33), y quiere que hoy día se observe orden y sistema en la conducta de la iglesia, lo mismo que en tiempos antiguos” (Los hechos de los apóstoles, p. 78).

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