Se expresan múltiples puntos de vista sobre la ordenación de la mujer

Theology of Ordination Study Committee hears from range of scholars

Linthicum Heights, Maryland, United States | Mark A. Kellner, Adventist Review

Los miembros de la Comisión de Estudio sobre la Teología de la Ordenación (TOSC) completaron tres días de reuniones con presentaciones que incluyeron una variedad de puntos de vista sobre interrogantes relacionados con la ordenación de la mujer, una cuestión controvertida para la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Durante estos encuentros, que se llevaron a cabo del 21 al 24 de julio pasado, los que apoyan la ordenación de la mujer y los que se oponen a esa práctica recibieron el mismo tiempo y oportunidad de exponer evidencias bíblicas que apoyen sus posiciones, así como declaraciones de Elena G. White, una de las cofundadoras de la Iglesia Adventista y quien, creemos los adventistas, ejerció el don bíblico de profecía durante más de setenta años de ministerio público.

“Hemos llegado ahora al punto en que los dos grupos han presentado las cuestiones hermenéuticas, los principios. Los han ilustrado, y han presentado todos los hechos, todos los hallazgos que han encontrado en el caso de ambas posturas”, dijo Artur Stele, presidente de la TOSC, uno de los vicepresidentes generales de la iglesia mundial y director del Instituto de Investigaciones Bíblicas en la sede central de la Iglesia Adventista.

“[Las presentaciones] están en format impreso, y las hemos escuchado. Esperamos que en pocos días puedan estar disponibles en línea, para todo aquel que quiera estudiar e investigar el tema”, añadió. Los trabajos estarán archivados en línea, indicaron los directivos de la iglesia.

Stele añadió que “el siguiente paso, sobre la base de lo presentado, es tratar de ver si podemos hallar puntos en común, si realmente podemos arribar a una postura”, sobre el tema de la ordenación. Si eso no es posible, dijo, “entonces tendremos que preparar dos informes diferentes, y concentrarnos en qué soluciones podríamos recomendar”.

Stele concluyó: “Hemos visto un buen espíritu, lo que resultó ser una gran bendición. Ambos grupos, aunque tienen posturas diferentes, han realmente demostrado respeto por el otro, y la atmósfera fue sumamente amistosa y muy abierta”.

Entre los trabajos presentados durante las reuniones de este mes de la TOSC estuvo un resumen histórico de la ordenación de la mujer “en los reglamentos y práctica de la Iglesia Adventista”, presentado por David Trim, el archivista de la Iglesia Adventista mundial. Durante los tres días se presentaron un total de 17 trabajos.

En un trabajo sobre los principios hermenéuticos, Jiří Moskala, el recientemente designado decano del Seminario Teológico Adventista de la Universidad Andrews, dijo a los delegados que en la Biblia no hay una declaración que diga: “¡Ordenen a las mujeres al ministerio!”. Pero tampoco, destacó, hay una que inste: “¡No ordenen a las mujeres al ministerio!”

Moskala concluyó: “No existe un impedimento teológico” para ordenar a las mujeres. “Por el contrario, el análisis bíblico teológico apunta más a la segunda opción, dado que el Espíritu de Dios derriba todas las barreras entre los diferentes grupos de personas de la iglesia, y da liberalmente los dones espirituales a todos, lo que incluye a las mujeres, con el propósito de cumplir la misión que Dios quiere que todos cumplamos”.

En el espectro contrario estuvo Gerard Damsteegt, profesor asociado de historia eclesiástica del Seminario Teológico Adventista, que citó los antecedentes de Wesley y de los metodistas que tiene el adventismo, así como los Padres de la iglesia y los reformadores protestantes, para oponerse a la ordenación de la mujer: “Si observamos a los pioneros adventistas y lo que pensaban sobre la participación de las mujeres en la misión de la iglesia”, dijo, “notamos que su postura es sumamente similar a la de Wesley y el metodismo. Estos pioneros fomentaban decididamente la participación femenina, con excepción de los cargos directivos de ancianos y ministros”.

El pastor adventista Stephen Bohr, quien también se opone a la ordenación de la mujer, dijo que la función de Elena G. White incluyó el “ser apartada por Dios para ser profetisa, pero no anciana. Afirmar que debido a que Elena G. White fue profetisa tenía derecho a ser anciana o pastora es como decir que como soy anciano, tengo derecho a ser profeta. La conclusión simplemente no cumple con la premisa.

Richard Davidson, profesor de Antiguo Testamento en el seminario de Andrews, llevó la atención de la comisión al pasaje bíblico que está en el centro mismo del debate: “En la discusión moderna sobre la cuestión de determinar si las mujeres deberían ser ordenadas como pastoras, el pasaje fundacional tanto para los que apoyan como para los que se oponen a esto es Génesis 1-3”.

Davidson señaló las funciones otorgadas a Adán y Eva en la creación: “Según Génesis 1:27, 28, tanto el hombre como la mujer son bendecidos al mismo nivel. Ambos tienen que compartir la responsabilidad de la procreación, para ‘llenar la tierra’. Ambos tienen que someter la tierra. Ambos comparten el dominio compartido sobre la creación no humana de Dios”.

Al ilustrar una lectura muy diferente del mismo texto bíblico, Paul S. Ratsara, presidente de la División de África del Sur y Océano Índico, y Daniel K. Bediako, de la Universidad de Valley View (una institución adventista de Ghana), afirmaron que “Dios creó al hombre y a la mujer iguales pero con una diferenciación de funciones. En la iglesia, tienen que liderar los hombres”. 

Sostuvieron asimismo que si la iglesia permite la ordenación de la mujer, ya sea a nivel mundial o regional, la influencia y la unidad teológica de la iglesia se vería disminuida. “La decisión de ordenar a las mujeres como pastoras solo puede ser hecha fuera de los límites de las Escrituras”, concluyeron.

Presentaciones adicionales contrastaron los conceptos bíblicos de autoridad con modelos basados en el “elitismo” y la “jerarquía”, y exploraron las perspectivas sostenidas por Elena G. White, una de las fundadoras de la denominación, sobre el carácter apropiado de que las mujeres cumplan un servicio en diversas funciones ministeriales.

Por su parte, Darius Jankiewicz, presidente del departamento de Teología y Filosofía Cristiana del seminario, instó a la comisión a que rechace los modelos de autoridad y primacía masculina que, sostuvo, están basados en el cristianismo posapostólico. Jankiewicz afirmó que “si en algún sentido aparte del compromiso con Cristo y su iglesia, los dones y la madurez espirituales determinan la preparación para las diversas funciones de la iglesia, entonces, lo intentemos o no, estamos creando una comunidad elitista”.

Edwin Reynolds, un investigador del Nuevo Testamento en la Universidad Adventista del Sur, destacó una postura muy diferente de la manera en que debería funcionar la autoridad en la iglesia. “En [el Nuevo Testamento], el liderazgo espiritual y la autoridad docente parece estar investido en las funciones de apóstol y de anciano”, destacó su presentación. “Estas funciones no parecerían apropiadas para que sean procuradas por las mujeres bajo el principio de sumisión al liderazgo masculino”.

Teresa Reeve, profesora de Nuevo Testamento en el seminario y una de varias presentadoras femeninas, alcanzó una conclusión opuesta: “La práctica de ordenación en el Nuevo Testamento como la designación y respaldo de un individuo para una tarea o función ministerial no brinda impedimento alguno a la ordenación de mujeres aptamente calificadas para que sean pastoras”.

El historiador de la iglesia Denis Fortin ofreció un resumen detallado de la perspectiva de Elena G. White sobre las mujeres que trabajan en el ministerio. “Elena G. White entendió la ordenación como un mandato a disposición de la iglesia para comisión personas en diversas clases de ministerios y responsabilidades, y para pedir la bendición de Dios sobre su ministerio. No hay indicación alguna en sus escritos de que el rito de la ordenación debería limitarse tan solo a los hombres, o que debería ser utilizado para establecer alguna clase de jerarquía eclesiástica. Elena G. White animó enfáticamente la participación de las mujeres en toda clase de ministerios”.

Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista mundial y miembro ex officio de la comisión, celebró la cordialidad del evento: “Durante estas sesiones, el Espíritu Santo brindó un marco de una atmósfera respetuosa y cortés en la cual estudiar lo que tienen que decir la Biblia y el espíritu de profecía sobre el tema”, dijo, y pidió a los miembros que “por favor oren por todos los que han participado, en un momento en que buscan seguir la orientación divina”.

Los miembros de la TOSC volverán a reunirse en enero de 2014 para una sesión de cinco días, en los que se evaluarán los trabajos presentados y se establecerá el camino a seguir en el proceso de estudio. La comisión también recibirá informes de cada una de las Comisiones de Investigación Bíblica que al mismo tiempo están estudiando el tema a nivel regional.

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