Brooklyn, New York, United States | Debra McKinney Banks/AUC and ANN staff

Una iglesia adventista de Nueva York organizó un culto de esperanza y curación, en un esfuerzo por acallar las tensiones resultantes de semanas de agitación entre la policía y grupos de derechos civiles como consecuencia de las muertes de un ciudadano y dos agentes de policía.

Combinándolo con celebraciones para conmemorar el legado de la figura de los derechos civiles Martin Luther King Jr., el programa de Esperanza y Curación para una Mejor Policía y Relaciones Comunitarias contó con la presencia de líderes de la iglesia, de la ciudad, agentes de policía y representantes del congreso.

El programa, que se llevó a cabo el pasado 18 de enero en la iglesia adventista Flatbush de Brooklyn, incluyó momentos de oración por los funcionarios de la ciudad, protección para los más de 35 mil agentes de policía que patrullan las calles, y la curación divina para aliviar el dolor y las sospechas rampantes en la comunidad.

Las tensiones se han incrementado en Nueva York y en la nación después de incidentes con la policía hacia fines del año pasado. En Nueva York, el ciudadano Eric Garner falleció en julio después de que un policía lo tuviera tomado por el cuello. El gran jurado del condado decidió el 3 de diciembre no procesar al agente. El 20 de diciembre, dos agentes de policía fueron asesinados por un hombre que adujo venganza. Ambos eventos motivaron protestas, marchas y la amplia cobertura de los medios nacionales.

En el programa del domingo, copatrocinado por las asociaciones del Gran Nueva York y Noreste de la Iglesia Adventista, los líderes de la Iglesia Adventista apelaron a todos los grupos pidiendo calma, comprensión y curación.

“En las últimas semanas, la ciudad se ha visto agitada por las tensiones”, dijo Daniel Honoré, presidente de la Asociación del Noreste. “Aún lloramos la pérdida de Eric Garner. Aún lloramos la pérdida de [los agentes Wenjian] Liu y [Rafael] Ramos. La sociedad, sin embargo, tiene que enfrentar una falsa elección. Se nos ha dicho: ‘O apoyan los derechos de la comunidad, o apoyan a la policía’. Hoy quiero rechazar categóricamente esas opciones”.

Por su parte, G. Earl Knight, presidente de la Asociación del Gran Nueva York, dijo que a la luz de los eventos recientes que dividen a la ciudad, “como comunidad de fe, no podemos quedarnos sentados sin hacer nada, moviendo las manos en señal de desesperación. Somos un pueblo de esperanza, no de desesperación […]. Creemos que Dios puede sanar a los quebrantados. Él puede sanar nuestras relaciones quebrantadas”.

Yvette Clarke, diputada de los Estados Unidos del Distrito 9° de Nueva York, felicitó a la denominación por coordinar el “oportuno encuentro de diálogo y discusión”. Y añadió: “Ustedes han decidido que la iglesia funciona los siete días de la semana. A partir de esa comprensión del evangelio, podemos transformar la vida en tiempo real. No solo en el ámbito espiritual, sino en efecto, podemos hacer cambios en el ámbito secular”.

Hubo también declaraciones de otros invitados oficiales, incluida la Defensora Pública de la Ciudad de Nueva York, Letitia James; el diputado Hakeem Jeffries, del Distrito Congresal 8°; Harold Miller, de la Unidad de Asuntos Comunitarios que representa al alcalde Bill de Blasio; y de Benjamin Tucker, Primer Subinspector del Departamento de Policía de Nueva York.

Muchos de los presents eran jóvenes. En otro esfuerzo cooperativo, los directores de Ministerios Jóvenes de ambas asociaciones, Andrés Peralta (Gran Nueva York) y Roger Wade (Noreste) entregaron tarjetas a la audiencia con información sobre cómo responder si es detenido por la policía, así como información sobre los derechos y responsabilidades de los ciudadanos.

“Orar no es lo único que podemos hacer”, dijo Wade.

El director de Comunicaciones de la Asociación del Gran Nueva York, Rohann Wellington, moderó un panel de discusión. Los funcionarios elegidos invitados y el Primer Subinspector de la Policía de Nueva York estuvieron acompañados por Gilford Monrose, presidente del Consejo de Personal Religioso del 67° Distrito; y por los pastores de las asociaciones del Gran Nueva York y Noreste Shane Vidal y Allen Martin, para responder preguntas de parte de Wellington y la audiencia.

Cuando se les preguntó qué pasos eran necesarios para salvar la brecha producida como resultado de los acontecimientos recientes, Monrose citó ejemplos del activismo de los religiosos durante la era de los Derechos Civiles de las décadas de 1960 y 1970. “Los religiosos tienen el papel específico de la oración, pero también tenemos que acompañar nuestra fe con acción […]. Tenemos que trabajar y ser el enlace entre la policía y nuestras comunidades”. Monrose añadió que aunque el enojo y la frustración son inevitables, los religiosos pueden ser esa “voz en el medio” que busca mantener el flujo de comunicación con ambas partes.

Martin destacó el enfoque más reactivo que las comunidades han tenido, y compartió su experiencia cuando visitó Ferguson (Missouri) después de la muerte de Michael Brown. Al enfatizar la necesidad de la participación pública antes de que se produzcan tragedias en la comunidad, Martin dijo: “Aquí en la plataforma tenemos funcionarios elegidos, pero los funcionarios elegidos nos representan […]. Nuestra responsabilidad es pedirles cuentas”.

Martin añadió: “No podemos sentarnos y dejar que pasen las cosas sin expresar nuestra preocupación. Y no podemos esperar para que haya un tiroteo, o alguna tragedia, para participar”.

El pastor Shane Vidal hizo un llamado a un nuevo paradigma de policía que permita que los agentes pongan énfasis no en cuántos arrestos hacen, sino en cuántas vidas pueden transformar en sus encuentros diarios.

Las recomendaciones del panel de discusión serán redactadas y presentadas en la Alcaldía de la Ciudad de Nueva York.

El programa del domingo también incluyó un culto y una conferencia de prensa. Un momento inolvidable durante la reunión se produjo cuando la audiencia, compuesta por una diversidad de razas y etnias, se puso de pie al unísono y aplaudió con entusiasmo a Nathaniel McKenzie, de 8 años, que recitó el discurso “Tengo un sueño” de King.

Los comentarios finales fueron presentados por Abraham Jules, pastor de la iglesia adventista Community Worship Center. Por medio de la parábola del Buen Samaritano de Cristo, Jules recordó a la audiencia que los que han sido heridos suelen tener una mayor capacidad para convertirse en sanadores.

Se están hacienda planes futuros para seguir cultivando las relaciones formadas a partir de este evento, y brindar una presencia continua y active en los vecindarios afectados por estas tragedias.

arrow-bracket-rightComentarioscontact