Silver Spring, Maryland United States | Nelu Burcea, United Nations Liason for the Seventh-day Adventist World Church

Declaración del doctor Nelu Burcea, Enlace con las Naciones Unidas de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en relación con el fallecimiento de Boutros Boutros-Ghali.

Me entristeció enterarme en el día de hoy del fallecimiento del ex Secretario General de las Naciones Unidas Boutros Boutros-Ghali, quien fue un vocero elocuente a favor de la tolerancia y los derechos humanos, y un hombre cuya vida se vio definida por la búsqueda de un mundo más justo y pacífico.

Su período en las Naciones Unidas, durante los turbulentos años posteriores a la Guerra Fría, se volvió aún más difícil por las cambiantes alianzas y la cambiante dinámica de poderes dentro de una comunidad internacional nuevamente fragmentada. Sin embargo, a pesar de las muchas y varias críticas de sus cinco años como Secretario General, creo que el doctor Boutros-Ghali estuvo motivado por el deseo de que las Naciones Unidas sean, en sus propias palabras, “una voz para las personas más débiles y menos tenidas en cuenta”.

Como cristiano copto que vivió y trabajó muchos años en un país islámico, el doctor Boutros-Ghali, de nacionalidad egipcia, conocía de primera mano los desafíos que enfrentan muchas minorías religiosas en el mundo. Esta experiencia añadió una profundidad y autoridad extra a sus esfuerzos por promover los derechos humanos.

Al reflexionar en el período que pasó en las Naciones Unidas, el doctor Boutros-Ghali escribió: “En un mundo de muchos poderes grandes y acaudalados, es tarea de las Naciones Unidas buscar a los marginados por causa de su etnia, sexo, religión, edad, salud, pobreza o cualquier otra razón” [1]. Y estas pocas y simples palabras pueden brindarnos la mejor y más clara perspectiva de la filosofía del doctor Boutros-Ghali como diplomático internacional. 

En nombre de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y de su departamento de Asuntos Públicos y Libertad Religiosa, extiendo mis más profundos pésames a la señora Boutros-Ghali, a su familia extendida, y a la comunidad de las Naciones Unidas, que ha perdido un líder eminente e influyente.

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