General Conference

Iglesia Adventista habla contra la violencia mediante la campaña “End It Now”

El Departamento de Ministerios de la Mujer inicia 16 días de activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas.

Silver Spring, Maryland, United States | General Conference Women’s Ministries Department

El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres. El Departamento de Ministerios de la Mujer usará este día para iniciar 16 días de activismo para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas. Más abajo hay un informe sobre la campaña “End It Now.” Por más información, visite el sitio web, o descargue un folleto sobre “Violencia en las citas y las relaciones”.

Consecuencias para la salud de la violencia contra las mujeres y las niñas

Makila es una de 1260 niñas del Congo que mueren después de sufrir la mutilación genital cada año. Miles más sufrirán infertilidad o terribles deformidades físicas que las transforman en marginadas, viviendo con dolor durante año.

Nancy fue violada por el novio abusivo de su madre; ese tipo de abuso se produce, en promedio, una vez cada 17 horas en los Estados Unidos. Nancy, al igual que miles de otras jovencitas abusadas, sufrirá problemas de salud toda la vida como resultado de ese evento traumático.

El abuso contra las mujeres y las niñas produce problemas físicos de salud mucho más allá de las cicatrices primarias o más obvias, sean físicas o psicológicas. Los resultados del abuso impactarán la salud de las víctimas durante años. La violencia contra las mujeres es en verdad un interés de la salud pública.

Según la Organización Mundial de la Salud (WHO), la violencia contra las mujeres es una experiencia presente en todo el mundo con serias implicaciones para la salud pública de proporciones epidémicas. La violencia de pareja es la forma más común de violencia contra las mujeres, y la violencia sexual, ya sea por parte de la pareja, conocidos o extraños, afecta mayormente a las mujeres y las niñas. Otras formas de violencia contra las mujeres incluyen el acoso sexual y el abuso a cargo de figuras con autoridad, traficando personas para trabajos forzados o sexo, y prácticas tradicionales tales como los matrimonios forzados o infantiles y la violencia relacionada con las dotes. La violencia contra las mujeres a menudo se relaciona con el sesgo social y de sexo y, en su caso más extremo, puede llevar a la muerte violenta o el infanticidio femenino.

Un Problema Global de Salud

Las consecuencias de esta violación a los derechos humanos trae grandes problemas no solo para la mujer sino también para la familia, la comunidad y el mundo. Para la comunidad, la violencia contra las mujeres sigue siendo un problema oculto con grandes costos humanos y de salud, como resultado de que no siempre es denunciada. Para cada víctima, la violencia contra la mujer lleva no solo a lesiones físicas sino también que tiene serias consecuencias para la salud que pueden llevar a una discapacidad para toda la vida o aun la muerte.1

Consecuencias para la salud de las mujeres

En las mujeres adultas, la violencia puede llevar a muchos problemas de salud relacionados con los cambios fisiológicos provocados por el estrés. Algunos se relacionan con problemas cardiovasculares o metabólicos que resultan del estrés crónico al que está sometido el cuerpo. Otros problemas pueden incluir el abuso de sustancias, la falta de control de la fertilidad y la autonomía personal según se ve a menudo en las relaciones abusivas.

Sabemos que en comparación con las mujeres no abusadas, las abusadas tienen índices mayores de problemas reproductivos tales como:

·                       embarazos involuntarios

·                       abor­tos

·                       embarazos y resultados neonatales adversos

·                       infecciones de transmisión sexual (lo que incluye el HIV/SIDA)

La violencia de pareja es la forma más común de violencia contra las mujeres. Un estudio de la OMS en 111 países halló que entre el 15 y el 71 por ciento de las mujeres (según el país) que experimentaron violencia física o abuso de parte de un marido o pareja, mostraron:

·                alta presión arterial

·                elevada glucosa en sangre

·                sobrepeso y obesidad

·                colesterol elevado

·                depresión

·                alcohol y abuso de sustancias

·                estrés postraumático

·                ideas y acciones suicidas

Estas afecciones a menudo limitan la capacidad de las mujeres de controlar otras enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión.

Muertes: La violencia de pareja también puede ser fatal. Estudios de varios países (Australia, Canadá, Israel, Sudáfrica y los Estados Unidos) muestran que entre el 40 y el 70 por ciento de los homicidios de mujeres fueron llevados a cabo por sus parejas. 

Asimismo, en un reciente informe del Centro para Control de las Enfermedades de los Estados Unidos,2 en comparación con hombres y mujeres que no experimentaron abuso, las mujeres que experimentaron violación o acoso, o la violencia física de su pareja, tenían más probabilidades de informar:

·                       dolores de cabeza frecuentes

·                       dolor crónico

·                       dificultad para dormir

·                       limitaciones en sus actividades

·                       mala salud física

·                       mala salud mental

·                       asma

·                       síndrome del intestino irritable

·                       diabetes   

Consecuencias durante el embarazo

Entre las mujeres embarazadas con una historia de abuso, hay un índice significativamente más alto de complicaciones durante el embarazo, tales como:

·                bajo incremento de peso

·                anemia

·                infecciones

·                sangrado en el primer y segundo trimestres

·                depresión

·                tendencias suicidas

·                use de tabaco o alcohol

·                uso de drogas ilícitas 

Consecuencias para la salud de las niñas 

La prevalencia del abuso infantil también posee proporciones epidémicas. Muchos niños de ambos sexos sufren de maltrato físico y emocional, abuso sexual, negligencia y explotación comercial o de otro tipo. Según la OMS1, las evidencias disponibles indican que es mucho  más probable que las niñas y no los niños sufran abuso.

En el mundo, el abuso infantil tiene consecuencias tanto inmediatas como a largo plazo para la salud de las mujeres, y contribuye significativamente con:

·                               depresión

·                               uso y dependencia del alcohol y las drogas

·                               trastorno de pánico

·                               trastorno de estrés postraumático

·                               intentos de suicidio   

Perjuicios a los niños 

En los Estados Unidos, un estudio de niños en edad preescolar y de bajos ingresos del estado de Míchigan halló que casi la mitad de ellos (46.7%) de los niños del estudio habían sido expuestos a al menos un incidente de violencia leve o severa en la familia.3 Otro estudio muestra que la mitad (50.0%) de los hombres que atacan con frecuencia a sus esposas también atacan a los niños, y la Junta Asesora sobre Abuso y Negligencia Infantil de los Estados Unidos indica que la violencia doméstica es acaso el precursor principal del abuso infantil y las fatalidades por negligencia.3 En los Estados Unidos, un grupo importante de estudios muestra el vínculo entre experiencias adversas en la niñez5, 6 tales como el abuso, la negligencia y el abuso observado, a resultados físicos y mentales negativos en la adultez.

En comparación con niños sin historia de abuso, los niños expuestos al abuso mostraron un mayor riesgo de: 

·                       afecciones cardiovasculares,

·                       diabetes tipo 2

·                       sistema inmunológico desregulado

·                       abuso de sustancias

·                       depresión

·                       cáncer

·                       obesidad

·                       sobrepeso

·                       mortalidad prematura

En los estudios de Estados Unidos se vio cambios en la estructura cerebral, como por ejemplo evidencia de lóbulos frontales más pequeños, consecuencias psicológica negativas y mala salud mental, que influyen aún más sobre la carga de estrés corporal, impactando sobre la salud física y la calidad de vida del superviviente del evento traumático.6

Testigos de la violencia doméstica 

Ser testigos del abuso es considerado por algunos como algo tan serio como el abuso infantil. Por cierto, las consecuencias a la salud física y mental dan testimonio de ello. Los niños que son testigos de la violencia doméstica tienen mayores probabilidades de exhibir problemas de salud y de conducta3, lo que incluye:

·                       depresión

·                       ansiedad

·                       intentos de suicidio

·                       abuso del alcohol y las drogas

·                       trastorno de estrés postraumático (como mojar la cama o tener pesadillas)

·                       alergias

·                       asma

·                       problemas gastrointestinales

·                       dolor de cabeza

·                       gripe 

Las consecuencias de más arriba ofrecen sólidas evidencias de que la violencia contra las mujeres y las niñas constituye un serio problema de salud. Las estrategias de prevención y el desarrollo de factores de protección en las mujeres y las niñas pueden tener un impacto positivo para reducir estas consecuencias a la salud.

Es importante ser conscientes de los numerosos efectos perjudiciales a largo plazo del abuso sobre la salud de las mujeres y las niñas. Es importante reconocer que, como problema de salud, la violencia contra las mujeres debilita nuestras comunidades y naciones. Es fundamental que hagamos todo lo que está en nuestro poder para dar a conocer las consecuencias para la salud y el elevado costo del abuso.

Referencias

1. Organización Mundial de la Salud (2009). Informe sobre las mujeres y la salud. Ginebra, Suiza. http://whqlibdoc.who.int/publications/2009/9789241563857_eng.pdf.

2. Centro para el Control de Enfermedades (2011). “Informe Nacional sobre Violencia de Pareja y Sexual.” Washington, DC.

3. Futures Without Violence. The Facts on Health Care and Domestic Violence. http://www.futureswithoutviolence.org/userfiles/file/Children_and_Families/HealthCare.pdf

4. Felitti VJ., Anda RF., Nordenberg D., Williamson, DF., Spitz, AM., Koss, MP., Marks, JS. (1998). “Relationship of childhood abuse and household dysfunction to many of the leading causes of death in adults. The adverse childhood experiences (ACE) study.” American Journal of Preventive Medicine 14(4,) 245-58.

5. Shonkoff, JP., Boyce, WT., McEwen, BS. (2009) “Neuroscience, molecular biology and the childhood roots of health disparities: Building a new framework for health promotion and disease prevention.” JAMA, 301(21):2252-9.

6. Danese, A., McEwen, BS. (2012). “Adverse childhood experiences, allostasis, allostatic load, and age-related disease.” Physiology & Behavior, 106(1), 29-39.

7. Organización Mundial de la Salud (2010). UN(DESA): WHO Policy Analysis. allianceforchildrensrights.org/wp-ontent/uploads/2010/09/who_policyanalysis_who_undesa.pdf 

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Ted N. C. Wilson, presidente de la Iglesia Adventista, y su esposa Nancy, pasan junto a una puerta conmemorativa de la Iglesia del Castillo en Wittenberg, Alemania, donde Martín Lutero clavó sus 95 tesis en 1517. La fotografía fue tomada en julio de 2017. [Fotografía: Matthias Müller / ADAMS]

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