General Conference

Una seguridad inesperada

A pesar de los desafíos y las cancelaciones, el pastor Wilson compartió un mensaje de aliento para los adventistas de Fiyi.

Suva, Fiji | Williams Costa Jr.

Cuando el pastor Ted Wilson y su esposa Nancy llegaron al Aeropuerto Internacional de Fiji, enfrentaron una situación inesperada. La inauguración de una iglesia reconstruida, una de las 23 iglesias adventistas reconstruidas en Fiyi y que estaba programada para la tarde del jueves 29 de noviembre, fue cancelada. Una tormenta inesperada bloqueó sus planes de volar hasta el interior de la isla.

Con la seguridad de la conducción divina, el pastor Wilson decidió entonces visitar una iglesia reconstruida cercana al aeropuerto de Nadi. En la iglesia, se encontró de manera inesperada con cinco personas que habían desarrollado un “ministerio de bicicletas”. Todas las mañas temprano, los cinco ciclistas misioneros distribuyen folletos al tiempo que se distribuyen los periódicos en los hogares. Cuando la gente recibe las noticias seculares, también reciben las buenas nuevas de la salvación.

El viernes por la mañana, otra tormenta inesperada frustró una vez más los planes de ir al interior de la isla para la inauguración. Con la seguridad de la conducción divina, el pastor Wilson visito la sede de la Misión de Fiyi y compartió la esperanza con los líderes, pastores y miembros.

La frustración de los locales por no tener al presidente de la Iglesia Adventista en la inauguración fue sustituida por la seguridad alentadora que ofreció en el mensaje del sábado: “Jesús ha provisto un lugar hermoso para nosotros en el cielo. Aunque Fiyi es un país hermoso, el cielo será más hermoso”, dijo el pastor Wilson a una multitud de más de 12 mil personas que se dieron cita en el Estadio Nacional ANZ en Suva.

Fiyi es parte de la Unión del Transpacífico, una región con seis misiones y dos territorios adjuntos. En el presente, según el Anuario Adventista, hay 159 iglesias y 101 grupos en Fiyi, con una feligresía de 25.458 en un país con una población de 844 mil habitantes. Cuentan con 36 ministros ordenados y 26 licenciados. 

“Inesperado” y “seguridad” son las dos partes de la historia de la misión en Fiyi. El país, que está ubicado en el Océano Pacífico, está compuesto por más de 330 islas, y su capital, Suva, se encuentra en Viti Levu, la isla más grande del archipiélago.

Fulori Bola, un historiador local, dijo que “en 1890, John I. Tay hizo un viaje de negocios a la isla Pitcairn. Inesperadamente, descubrió que todos los isleños guardaban el sábado. “Uno de los residentes locales tenía una Biblia. Leyendo y obedeciendo la Palabra de Dios fueron transformados, y toda la isla se convirtió al adventismo”, explicó Bola.

Mientras regresaba a los Estados Unidos, John I. Tay visitó la isla de Fiyi. Impresionado por lo que vio, cuando volvió a los Estados Unidos, desafío a la Iglesia Adventista de California “para que construyera un barco que fue llamado Pitcairn”, dijo Joe Talemaitoga, secretario de la Misión de Fiyi. “El Pitcairn trajo a John I. Tay de regreso a Fiyi como misionero. Vino con su esposa y llegó a Suva en 1891, donde trabajó fielmente entre la gente”, concluyó Talemaitoga. Desafortunadamente, después de cinco meses, el señor Tay falleció y fue sepultado en Suva.

Inesperadamente en febrero de 2016, el Ciclón de Categoría 5 llamado “Winston” destruyó Viti Levu. También destruyó muchas iglesias adventistas. Con la seguridad de la conducción divina, Peter Koolik, coordinador de voluntarios del Servicio de Construcción y Desarrollo de la Asociación General, desarrolló un ministerio para reconstruir iglesias en Fiyi y Vanuatu, que ahora pueden soportar tormentas de Categoría 5. La construcción atrajo la atención de la comunidad, porque las iglesias reconstruidas llegaron a ser conocidas como lugares seguros. “Los locales están seguros de que si aparece repentinamente un huracán, el lugar más seguro es una iglesia adventista que esté cerca de sus hogares”, afirma Koolik.

 

Es significativo que en Fiyi, los edificios de la Iglesia Adventista son una seguridad en medio de lo inesperado. A pesar de no inaugurar el interior de las iglesias como resultado del mal tiempo, la declaración de Wilson brinda la seguridad del futuro glorioso para la Iglesia de Dios en la tierra: “No se enfoquen en las circunstancias inesperadas. Miren con gratitud hacia el futuro, y hacia arriba. Cristo viene, y muy pronto estaremos para siempre en nuestro hogar celestial. Esa es nuestra fe; es nuestra esperanza; es nuestra seguridad”, dijo el pastor Wilson.

arrow-bracket-rightComentarioscontact